LEYENDAS DE JAÉN:
Leyenda del Santo Rostro
Este objeto sagrado conservado en el santuario catedralicio, está rodeado de leyendas por su presunto origen y presencia en Jaén. Se dice que es uno de los tres dobleces del paño en los que se imprimió la imagen de la cara de Cristo cuando su dueña, Verónica, quiso secarle el sudor y la sangre camino del Calvario; pero seguramente se trata de una pintura medieval al estilo de los iconos bizantinos, pintado sobre una imagen sagrada aún más antigua e ignota.
El santo rostro fue sacado de Jaén en varias ocasiones. Cuenta la leyenda que una de ellas fue devuelto a su diócesis por el obispo Nicolás de Biedma (1368-1378 y 1381-1383), pues el rey santo lo había dejado en Sevilla tras encontrarlo en Jaén en unas catacumbas del barranco de los Escuderos, muy cerca de la Catedral, donde había permanecido oculto desde la conquista árabe.
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